Horario: 23h
Precio 8,00€
Cronica de un concierto.
Llevaban un año prometiendo hacernos daño. Y es que ya en el Nocturama del 2011, Nudozurdo estaba dentro de la programación de agosto, pero por problemas de salud, se vieron obligados a cancelar sus conciertos de verano. Y como a grandes males, grandes remedios, los de La Suite no se olvidaron de incluirlos en la edición de este año, dándoles de esta forma la oportunidad de presentar su nuevo EP Ultra Presión en Sevilla.
Así que, bajo la mirada de un público expectante que decidió abandonar el césped para disfrutar en primera línea, Leo y su guitarra abrieron la noche con El diablo fue bueno conmigo. Un principio lento y melancólico que nos recordó que Nudozurdo es algo más que un grupo con un instrumental de una fuerza brutal. También tienen letras que sangran y duelen, que pueden sobrevivir y calar en el público sin tener guitarras ensordecedoras y baterías frenéticas detrás.
Una vez estuvieron los tres en el escenario, calentaron motores con la infinita Ido, para después embarcarse en un paseo tanto por Tara Motor Hembra, como por Sintética, al que los presentes respondieron con movimientos al más puro estilo shoegazemientras se perdían en el sonido lleno de rabia de Ha sido divertido, uno de sus temas más conocidos.
Algo que sorprendió fue la escasa representación de su nuevo EP, teniendo en cuenta que están en la “gira de presentación”.Cementerio de errores fue la única que logramos escuchar. Una buena elección teniendo en cuenta que nos encontrábamos cerca de la recta final, donde todos sabíamos ya lo que se nos venía encima.
Y efectivamente, Mil espejos llegó, pero no sin pequeños contratiempos. Ante la mirada divertida del resto del grupo, a Leo se le fue la voz en un par de ocasiones, problema al que se le sumaron también los fallos en la guitarra en el siguiente tema. Pero no importó. No importó porque era El hijo de Dios, y el público estaba demasiado ocupado coreando la canción (¿o tal vez deberíamos decir “himno”?). Por eso, cuando bajaron del escenario, había quienes aún seguían con el “Yo soy el hijo de Dios” en la boca. Y no los culpamos.
Dosis modernas fue la primera del bis, y trajo consigo la calma y suavidad que la caracteriza, demostrando lo fácil que les resulta y lo bien que se les da eso de crear atmósferas sonoras envolventes. Pero no podían acabar así. Nudozurdo es sinónimo de oscuridad, ruido y, por qué no, suciedad. Algo que se refleja tanto en Conocí el amor como en Negativo, los dos últimos temas que cerraron una noche en la que habían prometido hacernos daño.
Eso sí, algo nos quedó claro. Si queremos ver su nuevo trabajo en directo, tendremos que esperar algún tiempo más. De momento, parece que con los anteriores tienen el repertorio cubierto.
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