Naturales de Úbeda (Jaén), Guadalupe Plata remiten con su sonido al blues más tóxico y ponzoñoso, al de pantanos oscuros, ceremonias vudú y alcohol a espuertas. Pero siendo esa su bandera, la modernidad de su sonido se debe a un poderoso ramalazopsychobilly. En poco tiempo y sin forzar la marcha, han ido captando cada vez más atención, incluso entre los aficionados ajenos al género.ç
La música de Guadalupe Plata supura pulsión sexual, sudor y violencia contenida. Quien haya podido verles alguna vez en directo sabrá de qué estamos hablando. Aunque ellos no lo reconocen, estos tres músicos de Úbeda (Jaén) hicieron un día un pacto con el Diablo para que les enseñara a tocar con la misma alucinada intensidad que sus ídolos, los solitarios 'bluesmen' de los años 20. Aquí va una muestra: una versión improvisada de 'El boggie de la muerte' en la tienda de discos madrileña Commercial Records. Perico de Dios canta y rasga la guitarra, Carlos Jimena (atención a la tirita del dedo meñique de su mano izquierda, que esconde una horrorosa quemadura provocada por el aceite de un huevo frito) se aplica con la percusión y Paco Luis Martos saca el jugo a un contrabajo construido con un barreño, un palo y una cuerda. Rock pantanoso y actitud punk la de estos bichos raros de la música española
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